Un río.

Aún recuerdo el primer día 
en el que solita me pregunté,
teniendo tanto y tanto oro
tan pobre estaba todo mi ser.

Esa pregunta como un martillo
chocó en mi vida, en la pared  
partió la forma en que yo miraba
rompiendo así de una vez…
los pilares que me agarraban
y a los que ya no me agarraré. 

— [esto anterior va cantado, a partir de aquí se recita.] —


Cómo el techo se derrumbaba !

y lo poco que en pie quedaba 

yo lo tiraba y lo tiraba 

gritaba “libertad”, mientras gritaba. 


Yo sola me rompí a mi toda, 

a mi misma me desvestí.

Para luego hacerme un traje 

con cada roto que no advertí.


Con fina paciencia 

unir cada grieta,

crear suavemente 

una luna quieta.

Un sereno espejo, 

donde el reflejo 

escriba mi nombre 

y mi rostro viejo.


Vivo ahora en un palacio, 

que tan pronto será mi lecho

que por paredes tiene el aire  

y que de estrellas tiene los techos.

De conchas, flores y pellizcos 

están llenos los cajones,

que se abren y se cierran

al ritmo de canciones. 


Mi palacio es de mi esquina hasta la tuya 

es tan tuyo como mío, al final.

Plateada arena fina,

aquí solo se escuchan risas 

si se asoman las vecinas

y cuando el gallo canta el día 

trae la paz a la avenida.


Vacío templo de objetos quietos

que parecía no tener tiempo,

otras orillas te besan ya.

otros sonidos te ocupan ya.

En el espacio que dejó mi ida, 

habita ya otra querida.

En las ruinas oro puedes pintar

o en la fachada del templo hueco

poner cien flores y mil luceros

que bien me dice a mi el brasero

que soñando con mi figura

entre los labios dices te quiero. 


Flores rojas son mi camino 

avenida fresca llena de niños,

un mar al fondo lleno de vida 

amores besan mis dos mejillas,

tengo amigas que son brujillas  

van tras de mi de puntillas,

si me tropiezo me hacen cosquillas.

Angelitos cuatro pude contar

que protegen mis cuatro esquinas

alegres me cantan y me silban; 

“qué es tu vida!,

qué ahora es tu vida !”.


Este palacio mío,

crece al tamaño mío.

Nunca encierra mi cauce 

me deja ser como un río.

Si vienes nadando puedes 

cruzar mis aguas llenas de brío,

juro no hacerte daño 

solo soy agua, soy solo un río. 




Teresa Julián. 




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